Como es costumbre en Violeta Mangriñán, y sobre todo teniendo en cuenta que su profesión, si se le puede llamar así, ser influencer, ha vuelto a compartir el percance que está viviendo con su niña recién nacida en sus redes sociales, concretamente en su Instagram.
Por eso mismo, el pasado fin de semana la pareja de la celebridad televisiva Fabio Colloricchio se ha desahogado con sus seguidores en un tema que la toca muy de cerca, y es que se trata, muy a su pesar, de los problemas que está teniendo su hija Gala, con los que tiene que lidiar día tras día y noche tras noche.
Violeta Mangriñán no levanta cabeza
>No es la primera vez que Violeta Mangriñán nos cuenta sus desavenencias con la maternidad y, muy probablemente no será la última. Y es que, durante sus primero días de maternidad conocíamos que tuvo que ir a urgencias por una infección de orina. Algo que, a pesar de ser bastante doloroso, es más común de lo que nos pensamos entre las mujeres. Un problema de salud que le hizo sentir muchos dolores: «Con razón me sentía tan, tan mal. Si ya estaba reventada de todo estos días y de no dormir, ahora con antibióticos, que me dejan hecha una porquería».
Aunque ahora las dolencias no las está sufriendo ella, si no su hija Gala, que tiene cólicos. Sin embargo, tal y como señalan fuentes especializadas, estos cólicos del lactante son episodios de llanto intenso e inconsolable en un bebé saludable y bien alimentado. Lo que no le sirve de mucho consuelo a la influencer que ha sido muy descriptiva ante este respecto.
«Gala, por lo general, es bastante buena. Duerme por las noches y durante el día duerme bastante para lo inquieta que es, pero cuando tiene el día malo, no la calma nada. Desde las 7 de la mañana mal. Y he probado TODO pero no hay forma de calmarla, espero que con el baño se relaje, estando sola en casa y con mis hormonas aún tan inestables, me siento más débil, sensible y vulnerable pero trato de hacerlo lo mejor posible. Nadie nace enseñado».
No obstante, la nueva mamá no ha perdido la esperanza, y no para de buscar soluciones para resolver esta situación, y parece que la ha encontrado. «Lo único que amansa a la fiera, son los paseos. Voy a tener que tirarme el día paseando«, ha asegurado entre risas. Y es que, no le queda de otra que afrontar todo lo que suceda a su adorada Gala, que, lamentablemente, no es el único problema de salud que está afrontando.
Los granitos de Gala
>«Me han dicho que es acné neonatal, que conforme viene se va, que no le pica ni nada. Tengo cremitas buenas en casa además que le sirven. Yo cualquier cosa que le veo me asusto mucho, también es normal supongo», ha dicho Violeta ante el nuevo percance que está sufriendo su pequeña Gala. Un miedo de madre primeriza que es comprensible. Algo que ella sabe perfectamente. De hecho, no es la primera vez que hace un reconocimiento en sus redes sociales a todas las mamás.
La primera vez que lo hizo fue cuando acababa de tener a Gala, un momento inolvidable para la influencer en el que se dio cuenta de lo complicado que tiene que ser afrontar un parto sin anestesia. «A todas esas mujeres que han parido sin tener la posibilidad de pedir anestesia y epidural, y a todas las que viven en países en las que acceder a la epidural es un lujo. Ayer me acordé de tod@s ell@s, no somos conscientes de la suerte que tenemos», destacó.
Y es que, no hay nada más complicado que lidiar con el nacimiento de un bebé, y las reacciones con las que tiene que lidiar el cuerpo de las mujeres. Es más Violeta Mangriñán aseguró que ella había sentido un, «escozor horrible en mis partes y malestar general. Yo he tenido un parto genial, así que todos mis respetos a las que tienen partos complicados, cesáreas», y además añadió, «todos mis respetos también a tod@s nuestros antepasados que vivían sin la existencia de anestesia».
No obstante, a la pareja de Fabio Colloricchio, padre de la niña, se le olvida todo cuando tiene entre sus brazos a Gala. Tanto que ha dicho que tenía razón su madre cuando decía que era, «una droga», lo que le ha llevado, junto al amor de su vida, por supuesto, a tomar una decisión sobre la placenta. «Lo pienso poner en un marco para su habitación de Valencia. La placenta se la quedó el hospital, no la usará mi madre como abono», ha dicho contando que ha aprovechado la forma de esta para retratarla en un dibujo, como quién pone una mano de un niño para retratar su figura para siempre.