El pasado sábado el medio de comunicación británico, The Sunday Time, volvió a poner en un brete a la corona de Inglaterra. Nuevamente, el escándalo se vuelve a cernir sobre Carlos de Inglaterra, y otra vez el heredero al trono se mantiene en silencio. No sabe, no contesta es lo único que intuimos tras conocer los ingresos que ha recibió directo de Oriente Medio.
De hecho, el que fuera marido de Diana de Gales ha sido acusado de haber recibido una cuantiosa cantidad de dinero de parte de la familia del fundador de la organización terrorista Al-Qaeda, Osama Bien Laden. Estamos hablado de una donación supuestamente altruista de 1,2 millones de euros, que se llevó a cabo tras la realización de varias reuniones secretas que no han salido a la luz hasta el pasado fin de semana.
El error de Carlos de Inglaterra
>La información corrió como la pólvora, el príncipe Carlos se reunió con los hermanastros de Osama Bin Laden, responsable del atentado del 11S en las Torres Gemelas de Nueva York, el 11 de septiembre del 2001. Unos encuentros que se mantuvieron en la residencia oficial de Carlos, la que comparte con su esposa Camila, Clarence House, en octubre del 2013, doce años después de que su hermano atacara también al Pentágono del Gobierno de los Estados Unidos.
Pues bien, en estas citas secretas, el padre de Guillermo consiguió establecer una colaboración directa con la familia del terrorista, lo que terminó en una donación del jeque Shariq para financiar sus organizaciones caritativas. Algo que ha puesto en el candelero al abuelo de Jorge, sobre todo en ciertos sectores de la opinión pública, incluso cuando nunca se ha acusado a los hermanastros de Bin Laden de pertenecer a una banda armada o terrorista. Y es que, de momento, lo único que le pueden achacar a Carlos es que se relacionara con hombres con el mismo vínculos de sangre que Osama.
No obstante, el príncipe Carlos vuelve a estar en el ojo del huracán. No solamente por reunirse con los hermanastros del líder terrorista dos años antes de que fuese localizado y abatido en Pakistán por las fuerzas especiales de Estados Unidos. Si no por el precedente que le relaciona con el escándalo que protagonizó la donación realizada por el empresario saudita Mahfou Marei Mubarak bin Mahfouz. Esto se hizo a cambio de la nacionalidad británica y de títulos nobiliarios. Una escandalera que también causó un revuelo importante en la monarquía británica fueron los tres millones de euros pagados por el jeque y exprimer ministro de Qatar, Hamad bin Jassim bin Jaber Al Thani.
Se ha pronunciado la fundación del heredero
>Ni Isabel II, ni Carlos, ni ningún miembro de la familia real británica, el único que ha dado algún tipo de explicación sobre esta donación ha sido Ian Cheshire, director de la Fundación Caritativa Príncipe de Gales, quién ha asegurado que, «la donación fue cuidadosamente considerada en el 2013. Se tomaron las diligencias oportunas, con información de múltiples fuentes, incluidas las del Gobierno británico. La decisión de aceptar la donación fue tomada por la totalidad de los administradores e insinuar lo contrario no es correcto», ha comentado.
Una organización que en su momento ya se mostró reticente a aceptar esta cuantiosa cantidad de dinero. De hecho, fueron los asesores cercanos al próximo dirigente de la Mancomunidad de Naciones, Commonwealth, tanto en la propia fundación como en Clarence House, los que trataron de hacer que entrara en razón, sin éxito alguno, claro. Hasta el punto de que varios de ellos le pidieron al hijo mayor del Duque de Edimburgo que devolviera ese millón de libras. Lo que el padre de Harry descartó porque presumía que iba a ser un problema explicar su cambio de opinión. Algunos de ellos incluso llegaron a decirle que, «no sería bueno para nadie», si esto se daba a conocer de forma pública. Algo que, pensaban, podría llegar a afectar a la reputación del herederos, «no creía que cualquier miembro de la familia real británica debiera involucrarse en este tipo de operación», explicó uno de sus asesores en el citado medio de comunicación.
Un escándalo que se produce en el peor momento, aunque claro este tipo de filtraciones nunca vienen bien, y es que la misma Isabel II ha expresado su deseo de que, llegado el momento, la esposa de su primogénito pasara a convertirse en reina consorte. Algo que está más cerca que nunca, especialmente después de que se diera a conocer que ya se están haciendo obras en un ala específica de Buckingham Palace para acoger, cuando se muera la reina, a los Duques de Cornualles. Una informaciones que, además, van acompañadas del el beneplácito de la sociedad. Y es que, una encuesta que ha sacado a la luz JL Partners horas después de que la reina lanzara este comunicado, nos confirmó lo que pensábamos: el 55% de la sociedad inglesa está encantada con la futura coronación.