Las dos hermanas de Felipe VI nunca han dejado de apoyarse, incluso cuando la situación se estaba complicando para la Infanta Cristina, Doña Elena siempre la ha ayudado. Al fin y al cabo son familia. Lo que no podía ser de otra manera en su primer verano de soltera. Una temporada estival que le está dando a la hija de Sofía para mucho: está ocupada y preocupada en recuperar su imagen invirtiendo su tiempo en compromisos públicos y retoques estéticos.
Mientras que su exmarido, no ha evitado dejarse ver con su nueva novia, Ainhoa Armentia. La pareja, que estaba envuelta en rumores y especulaciones de crisis, se dejó ver tomando el sol en la zona más tranquilas de las playas de Bidart. Un sitio al que iba con la hermana mayor del monarca. Algo que no ha tenido que sentar nada bien a Cristina.
El apoyo incondicional de Doña Elena a la Infanta Cristina
> Poco a poco, es así como se va adaptando la Infanta Cristina a su nueva normalidad. Siete meses después de que su matrimonio se fuera al traste, la hermana de Felipe VI intenta, por todos los medios, pasar página y mirar hacia adelante sin apartar la vista en su primer verano como mujer soltera desde que se casara con el entonces reputado deportista Iñaki Urdangarin el 4 de octubre de 1997 en la Catedral de Santa Eulalia de Barcelona.
Para conseguirlo, Cristina se está volcando especialmente en su trabajo, tanto que la Infanta, que reside en la ciudad suiza de Ginebra con su hija menor, Irene, no ha dejado de encadenar compromiso tras compromiso en nuestro país. Por ejemplo, hace tres semanas acudió, en la capital catalana, el Programa de Cooperación Internacional de la Fundación La Caixa. Y hace unos pocos días hizo lo propio en Santander, donde participó en un acto relacionado con los cursos de verano de la UIMP.
No obstante, la profesional no es la única hoja de ruta que está siguiendo, y es que también está empeñada en volver a tener vida social, y lo está haciendo junto a su hermana Doña Elena que es su gran cómplice. Una realidad que pudimos comprobar cuando fueron juntas a la nueva representación de Nabucco en el Teatro Real. Y es que, al igual que su madre Doña Sofía, las dos infantas son grandes amantes del bel canto, por lo que, sin duda alguna, este plan de chicas le ayuda a recuperar la ilusión que su exesposo también está recuperando con Ainhoa Armentia.
Iñaki Urdangarin no ha tardado ni un año en pasar página
>No hace ni un año, en el mes de agosto, cuando veíamos a la Infanta Cristina sonriendo en las playas de Bidart al lado de su entonces marido, Iñaki Urdangarín, con sus hijos. Unas imágenes que no se habían producido desde el 2017, y que ponían un halo de esperanza a la mala racha que se llevaba sucediendo desde que saliera a la luz en caso Noós.
Los padres de Juan (22), Pablo (21), Miguel (20) e Irene (17) siempre solían pasar tiempo en esta zona, desde su boda el 4 de octubre de 1997. Este rincón del País Vasco francés, que está en el cantón de San Juan de luz, siempre fue su destino fijo a finales de verano, pero desde 2012, después de abandonar Mallorca y el Palacio de Marivent, Bidart se convirtió en su refugio durante la temporada estival.
Casi un año después, esta zona continua sigue siendo el refugio de Urdangarin, pero ahora lo es de su historia de amor con Ainhoa Armentia. De hecho, fue el pasado 19 de enero cuando a unos pocos kilómetros de esa playa, se tomaron las primeras fotos que sacaron a la palestra el romance de la pareja.
Según apuntan varias fuentes de Vitoria, la pareja sigue visitando esta costa porque la analista contable tendría una casa familiar allí. No obstante, hacía ya bastante tiempo, desde el pasado 19 de abril, que no había constancia de que Iñaki y Ainhoa se siguieran viendo. Es más, era tanta la incertidumbre mediática que la prensa de corazón creíamos que se habían separado.
Pero no es así y Vitoria o los bosques de Álava, donde hacen senderismo, son dos parajes a los que suelen ir Ainhoa e Iñaki, dos enamorados de la naturaleza. Sin embargo, es tan intenso lo que sienten el uno por el otro que han ido demasiado rápido y no han tenido más remedio que comenzar a recolocar sus respectivas situaciones.
Un intento de recomposición que habría terminado en crisis. Y es que, la economista trabaja en Vitoria donde vive con sus dos hijos adolescentes. Mientras que el exjugador de balonmano sigue buscando un futuro profesional y, aparentemente, lo está haciendo en Barcelona.
Aún así como con todo en la vida, su romance sigue su curso al igual que la nueva vida de soltera de Cristina que, desde Cotilleo.es la deseamos que se aposente, reflexione y la próxima vez que se enamore atine un poco mejor, para que no la haga tener que abandonar España por sus líos judiciales.