Anabel Pantoja es una mujer que se ha hecho así misma. Quién iba a pensar que esta joven con vergüenza que aparecía en el plató de El programa de Ana Rosa para defender a su primo, Kiko Rivera, en Supervivientes iba a dar tantos buenos momentos en televisión. Y es que nadie imaginaba que, esa persona que juraba y perjuraba detestar la televisión, le encantase tanto la pantalla que no se apartaría de ella.
Físicamente no es la misma persona que veíamos hace años en aquel programa, pero desde un punto de vista mental tampoco. La joven ha evolucionado y madurado, le ha vivido momentos muy dolorosos que le han hecho aprender… quién iba a decir que Anabel viviría la entrada en prisión de su tía desde el plató de Sálvame, o los ingresos hospitalarios de su padre, o la boda de Kiko Rivera.
1El amor por la familia de Anabel Pantoja
>La joven se desvive por su familia. Eso es un hecho y todo aquel que la conozca sabe que pasa por el aro todo, menos que alguien hable mal de las personas a las que quiere delante de ella. Les defiende hasta más no poder y eso le ha llevado a tener más de un enfrentamiento con sus compañeros de programa, pero con ellos también ha formado una familia.
Ha entendido Sálvame a la perfección y es una mujer que se presta al entretenimiento haciendo y deshaciendo a su antojo. Canta, baila, llora, ríe, patalea y se enfrenta con frases históricas a quien haga falta para aparecer en pantalla. Y es que Anabel ha sacado partido de sus años en televisión hasta el punto de respirar tranquila si algún día le faltase el trabajo.
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