Después de más de un año alejada del foco mediático, la ex colaboradora de Viva la vida, Irene Rosales, reaparece más fuerte y contundente que nunca en una entrevista para Lecturas. La mujer del dj, Kiko Rivera, ofrece unas durísimas declaraciones que no dejan en buen lugar al clan Pantoja. Y es que desde la fuerte polémica con Isabel Pantoja, por la herencia del fallecido torero Paquirri, el matrimonio ha perdido el contacto con la cantante. ¿Llegarán a solucionar sus desavenencias y recuperar el tiempo perdido? Desde Cotilleo.es os lo contamos todo con lujo de detalles.
3Irene Rosales no perdona a Isabel Pantoja
>La sevillana no está atravesando los mejores años de su vida. Al fallecimiento de sus padres, que la sumió en una profunda crisis personal, se le sumó el distanciamiento con la única abuela de sus niñas. Del matrimonio entre Irene Rosales y Kiko Rivera nacieron sus dos hijas, Ana y Carlota. A la primogénita le pusieron el mismo nombre de la fallecida Doña Ana, madre de Isabel, Agustín y Bernardo Pantoja. Tres años más tarde llegaría a sus vidas la pequeña Carlota para revolucionar al clan familiar.
Pero poco le duró la felicidad al matrimonio, que poco después tuvo que lidiar con una cruenta guerra entre la matriarca de la familia, Isabel Pantoja, y el propio Kiko Rivera por la herencia de Paquirri. Un delicado asunto que nada tiene que ver con Irene Rosales, pero cuya autoría se le ha atribuido. La ex colaboradora de Mediaset se muestra profundamente afectada, en su entrevista a Lecturas, por las graves acusaciones que aseguran de ella ser la única implicada en la ruptura de lazos entre Kiko y la tonadillera.
La reaparición de la mujer de Kiko Rivera en la esfera pública, nos sitúa en medio de un campo de batalla familiar que, lejos de resolver sus problemas, se encamina hacia un conflicto mediático sin fin. Desde luego, nos lo ha dejado claro en su entrevista, que Irene Rosales no piensa acercar posturas con la abuela de sus hijas. La mujer del dj le reprocha no haber estado al lado de sus nietas en los momentos que más la han necesitado. Un tiempo que la artista está perdiendo, al lado de los suyos, y que no sabemos si algún día recuperará.