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viernes, 22 noviembre 2024

Cómo hacer una salsa de tomate frito de escándalo en poco tiempo

Ante una buena salsa de tomate frito que se quiten los americanos y su ketchup. Perfecta para acompañar un montón de recetas, desde unas lentejas a cualquier plato de pasta, pizza, pescado, pollo… o incluso sola con un buen trozo de pan, una salsa polivalente al 100%. Para que sea excelente la salsa de tomate debe tener la cantidad exacta de cada ingrediente, y no debe ser ni demasiado líquida ni muy espesa, con una proporción de acidez que no moleste pero que se note que es tomate. Aquí vamos a mostrar una receta para hacer una de gran calidad y en muy poco tiempo.

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Conservación de la salsa de tomate

Los botes se cuecen al baño maría

Y es que lo bueno de esta receta de salsa de tomate frito es que luego podemos disponer de ella durante mucho tiempo. Para ello se ponen las tapas de los botes donde vamos a preparar nuestras conservas a cocer en agua, y en cuanto comiencen los primeros borbotones se retiran. En caliente, se van tapando los botes con su correspondiente tapa y se colocan los botes cerrados en una olla grande con agua, que rebase unos 5 cm a los botes. Se hace una primera capa, se colocas un trapo, y se pone una segunda capa de botes, procurando que el agua quede siempre por encima de los botes. Se cuece al baño maría durante 10 minutos mínimo y una vez apagado se deja que se enfríen en ese recipiente. Durante este proceso puede que algún bote pierda líquido, es normal no pasa nada. Una vez fríos, se secan y se guardan en un lugar limpio, seco y donde no le dé mucho la luz. Primero invertidos (con la tapa hacia abajo) para favorecer el sellado. Y en una semana aproximadamente se les da la vuelta. Estas conservas de tomate frito estarán de este modo perfectamente esterilizadas y cerradas, con lo que durarán todo un año o incluso más tiempo.

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