Ante una buena salsa de tomate frito que se quiten los americanos y su ketchup. Perfecta para acompañar un montón de recetas, desde unas lentejas a cualquier plato de pasta, pizza, pescado, pollo… o incluso sola con un buen trozo de pan, una salsa polivalente al 100%. Para que sea excelente la salsa de tomate debe tener la cantidad exacta de cada ingrediente, y no debe ser ni demasiado líquida ni muy espesa, con una proporción de acidez que no moleste pero que se note que es tomate. Aquí vamos a mostrar una receta para hacer una de gran calidad y en muy poco tiempo.
3Cocción y presentación
La elaboración de la salsa de tomate seguiría añadiendo los dientes de ajo, pimientos y tomates a la cazuela, y dando potencia máxima al fuego. Se remueve todo con cuidado mezclando todas las hortalizas para que vayan juntando todo su sabor y cuando comience a soltar líquido y burbujee se baja a fuego medio. En ese instante se añade una hoja de laurel y se deja que se cocine durante 30 minutos. Pasado ese tiempo paramos la cocción, quitamos la hoja de laurel y se pasa todo por un pasapurés. Aquí se obtiene una salsa semilíquida pero con un tono rojizo que ya dan ganas de probar, lo que es recomendable para ver el punto de sal. También se puede añadir azúcar para contrarrestar la acidez del tomate. Como último paso se pone la cazuela con la salsa otra vez al fuego, a un nivel bajo o medio de temperatura.