Por mucho que cada vez haya menos frutas «de época», la sandía si con alguna se relaciona es indudablemente con el verano, quizá no haya ninguna que represente mejor esta estación. Ya sea en casa, en el jardín, en el campo o en la mismísima playa, las imágenes de gente degustándola, tanto con tenedor o cuchillo como simplemente con los dedos, pringándose bien las manos, la cara y hasta el pecho, se repiten con suma frecuencia. Esta cucurbitácea tiene un sabor refrescante que se agradece en un tiempo en el que el calor aprieta. Hasta ahora la habíamos comido a cubos, tajadas, en gazpacho, ensalada o incluso marinada con un poco de lima, chile y sal, por lo que ya tocaba comerla asada en una ensalada.
2Cómo preparar la sandía
Por lo general no es habitual cocinar sandía ni ninguna otra fruta, con excepción de la manzana o hasta con peras, arándanos, fresas, melocotones e incluso plátanos. Para hacerlo en esta ocasión se puede empezar con un simple ‘vuelta y vuelta’ en la parrilla en lugar del largo proceso descrito arriba. Para ello, lo mejor es cortarla a triángulos, manteniendo la corteza para que así no se rompa cuando le demos la vuelta. Con cocinar 2-3 minutos por lado es suficiente y es recomendable hacerlo con el fuego bien alto. El calor carameliza el dulzor de la sandía y le da un ligero toque ahumado, pero si queremos intensificar el sabor, lo mejor es utilizar un poco de azúcar acompañado de otros ingredientes que contribuyan al sabor, como algún cítrico rallado o incluso algún picante, como chile en copos.