El ajoblanco o ajo blanco malagueño es una variante del gazpacho andaluz que se realiza con almendras molidas, miga de pan, ajo, agua, sal y aceite. Su color característico es el de una sopa blanca, de ahí su nombre, y es típico de diferentes zonas de Andalucía y Extremadura. Aunque a este plato se le suele relacionar con el verano, lo cierto es que la veneración por el mismo ha llevado a pueblos como Almáchar (Málaga) a celebrar todos los años una fiesta el 2 de septiembre en su honor. En Herrera del Duque (Badajoz), durante sus fiestas, también se celebra un concurso de ajoblanco. Sin duda este plato típico se ha popularizado y, como ocurre con éstos, cada casa lo ha adoptado y lo hace a su manera.
5Con qué consumirlo
Al igual que el tema del emplatado, para consumir el ajoblanco cada uno tiene sus preferencias, pero por si alguno se pregunta cómo lo harán los demás voy a indicarle que este plato se suele tomar con uvas, manzana o melón, o acompañado de pan, o también, como hacen en la vega granadina, acompañado de patatas asadas, en cuyo caso se realiza más líquido para poder beberlo, sin tener que hacer uso de la cuchara. En general, cualquier fruta con un toque ácido le va bien, y en Málaga, por ejemplo, se toma con uvas moscatel. Y a la hora de elaborar el plato también se le puede añadir leche de almendras para resaltar el sabor de este fruto seco. O leche de vaca, aunque la densidad se volverá más pastosa.