El traslado de Concha Velasco a una residencia de ancianos por su delicado estado de salud, ya que a sus 82 años necesita cuidados constantes las 24 horas del día, se ha convertido en una de las noticias que más nos han impactado de los últimos tiempos. «Las estrellas envejecen, afortunadamente» nos contaba su hijo, Manuel Velasco. Explicando que, aunque les costó tomar la decisión, era sin duda lo mejor para que la inolvidable ‘chica yeyé’ estuviese lo mejor atendida. Y al parecer no sería la única actriz que haya ingresado en un centro de mayores…
Lara Dibildos despeja la duda sobre el paradero de su madre
> A raíz del ingreso de Concha se especuló con que otra de las grandes de nuestro país, Laura Valenzuela, alejada del foco mediático desde hace más de una década, también viviría en una residencia. Unos rumores que ahora su hija, Lara Dibildos, desmiente con una sonrisa. Contándonos cómo se encuentra la mítica actriz y presentadora, de 91 años.
«Mi madre está feliz. Hoy no sé quién me ha dicho que había estado en un centro de mayores, que no habría pasado nada, pero ya te digo que no es verdad» ha asegurado. «Ha estado en su casa. Tiene escaleras, llegó un día en que se cayó tres veces y a la tercera fue como ‘madre, por Dios, que no puede ser’. Se fue a una casa al lado, alquilada, sin escaleras hasta que pasó la cuarentena. Pasó lo que pasó y decidimos que ya había sido mucho tiempo separados y que queríamos estar juntos», ha desvelado. Explicando que «ahora vivimos juntos. Pero vamos, que no pasa nada. Simplemente aclarar las cosas. Cada uno es un mundo pero el suyo es ese».
La hija de la actriz nos cuenta sobre sus logros profesionales: «Espero que mi padre desde arriba diga ‘ole mi niña'»
>Centrada en su faceta de actriz teatral, Lara finaliza el próximo 18 de abril la obra que ha estado representando con gran éxito en Madrid en los últimos meses, Hongos. Y además de prepararse para iniciar una gira por los principales escenarios de nuestro país, ejercerá de ‘Rompedora de la hora’ en Calanda: «Es un honor, estoy feliz y espero estar a la altura» y que mi padre, desde ahí arriba, diga ‘olé mi niña‘».