Es decir la palabra tortilla y a cualquiera venírsele a la mente una de patatas, muy o poco cuajada, y con cebolla o sin ella, según los gustos. Es sin duda el plato español más típico y al que casi nadie hace ascos. Sin embargo, no siempre tiene que ser con ese tubérculo la mezcla para que el plato resulte igual de bueno. La mejor muestra de ello es esta receta de tortilla de alcachofas que vamos a mostrar a continuación para todos aquellos que quieran innovar en platos tan tradicionales que nadie habitualmente quiere modificar por temor a lo que pueda surgir de ahí.
5Cómo acabarla
Para acabar nuestra tortilla de alcachofas, a la hora de darle la vuelta hay que recordar separar los bordes de la tortilla de la sartén, para que salga más fácil. Para ello lo mejor es ayudarse con una espátula de madera. Se saca de la sartén cuando esté cuajada por las dos caras y lo mejor es servirla en la mesa acompañada de los trozos de alcachofa fritas que tenemos reservadas y si quieres, de un poquito de lactonesa o alioli sin huevo. Nos habrá salido una receta muy saludable teniendo en cuenta que la alcachofa es utilizada para tratar problemas gastrointestinales como exceso de gases, náuseas y vómitos, enfermedades como la anemia, aterosclerosis, diabetes, enfermedades del corazón, hipercolesterolemia, fiebre, gota, hemorroides, reumatismo, problemas renales, urticaria y hasta hemorroides. Vamos, son buenas para casi todo.