No todas las albóndigas tienen que ser de carne. En general ninguna receta debe estar cerrada de antemano sino abierta a poder ser realizada cuando menos con algún alimento nuevo que pueda realzar aún más el sabor del original. El mejor ejemplo de ello es esta receta que vamos a desarrollar a continuación en la que las tradicionales albóndigas que hemos comido toda la vida en nuestras casas o bares aquí están elaboradas con calabacín perfectas que incluso te pueden servir, si tienes descendencia, para conseguir que los más pequeños coman verdura sin apenas darse cuenta. Una idea perfecta para poner como aperitivo en una fiesta o para un almuerzo.
4Rebozar las albondigas
Antes de seguir con las albóndigas haya que ver si necesitas que espese más la masa, en cuyo caso habrá que añadir más pan rallado. Asegurados de esto, se prepara la sartén con aceite y se deja que se caliente. Mientras tanto, se forman las albóndigas de calabacín y se rebozan en harina. Cuando se vea que el aceite humea, será el momento de freírlas. Eso sí, no hay que olvidarse de preparar una fuente con papel de cocina para colocarlas fritas y que se absorba el aceite sobrante. El aceite debe estar muy caliente para que se doren y formen un caparazón crujiente y que por dentro estén muy tiernas. También se pueden hacer al horno colocándolas en una bandeja con papel de hornear y cocinándolas a 180 ºC.