¿A quién no le gusta una tarta? Hasta los más partidarios de lo salado terminan cediendo en cuanto ven ante sí una y tienen cuando menos que probarla. La única duda posible entre los más golosos es con cuál quedarse, y por eso aquí vamos a mostrar cómo hacer una no muy habitual como la de galleta y limón pero que, después de hecha, seguro que se convierte en una de sus favoritas. Con una base crujiente de galleta María, combinada con una crema de limón de consistencia suave y deliciosa, el resultado final es todo un placer para el paladar. Además, como queda muy bonita, es ideal para servir en cualquier celebración o en una cena especial en la que a buen seguro habrá muy pocos peros con ella.
4Cómo mezclarlo todo
Para terminar nuestra tarta hay que colocar las hojas de gelatina en un bol con agua fría y dejarlas hidratar. Luego, se escurren, apretándolas ligeramente, y se introducen en un recipiente con un poco del zumo de limón caliente y se remueve unos minutos hasta que ambos ingredientes se diluyan. A continuación se coloca la leche condensada y el zumo de limón restante en un cuenco, en el que se añade la ralladura de limón y la gelatina y se mezcla bien. Es entonces cuando hay que retirar el molde de la nevera y verter la masa de limón y leche condensada.