En medio del complicado momento familiar que está viviendo, Ana María Aldón se sumerge en un nuevo proyecto profesional de la mano de una nueva marca de gazpacho y salmorejo, parece ser que la mujer de Ortega Cano quiere convertirse en la nueva princesa del pueblo.
Ana María no pasa por su mejor momento familiar
En cuanto a las declaraciones, de si ella no sentía que su marido la apoyaba públicamente, la diseñadora ha dejado claro que: «Yo jamás le he puesto en la tesitura de que llame para que se posicione a un lado u a otro, nunca le pediría eso». A pesar de lucir una gran sonrisa, Ana María ha confesado que no pasa por su mejor momento anímico: «Anímicamente, pues bueno, voy tirando, voy sacando fuerzas de flaquezas porque no quiero caerme, no me lo puedo permitir».
La diseñadora que según cuenta está cansada de que todo el rato se le esté acusando de querer aprovecharse de su marido. «Siempre he sido independiente, no entiendo por qué ahora se le da tanto bombo a que soy más independiente» ha sentenciado.
Tras el paso de Rocío Carrasco con su documental que ha marcado sin duda un antes y un después en la vida de Ana María y Ortega Cano. La diseñadora ha comentado que: «Yo estoy al lado de mi marido, otra cosa es que yo entienda que una persona que está mal».
Tras los rumores de separación que han salido en estos días. La mujer del diestro ha confirmado que no están pasando por su mejor momento y que van a intentar seguir adelante. «Queremos seguir adelante, no nos queremos quedar con un saco de rencor hacia nadie, cada uno toma las decisiones que quiera y hemos tomado la decisión de tirar para adelante y que no nos afecte o nos afecte lo menos posible», ha confirmado sobre su matrimonio.
Pero lo que si le molesto a Ana María fue, la llamada que su marido hizo en directo a Viva la Vida. En la que hablaba sobre la medicación que su mujer había supuestamente dejado de tomar. Palabras que a Ana María no le sentaron muy bien: «a mí la verdad es que me molestó un poquito. Yo no tomo medicación desde hace dos años, no viene a cuento».