Del arroz poco se puede decir. Desde el blanco, que con plátano inclusive casi todo el mundo ha comido bajo la denominación «a la cubana», hasta el amarillo, en la universal paella, quizás no haya nadie que no lo haya comido alguna vez. En su modalidad de «caldoso» seguramente también lo habremos probado, aunque aquí vamos a ir un poco más allá y ampliar esta versión con unas estupendas carrilleras, que puede ser una opción estupenda para dar una vuelta de tuerca al tradicional guiso de carne. Encontrar éstas tampoco nos va a suponer una gran dificultad, ya que se pueden hallar con cierta facilidad en los mercados, tanto de ternera como de cerdo ibérico o no. El guiso lo va a agradecer porque se trata de una parte sumamente cremosa y suave del animal, debido principalmente a la cantidad de colágeno que tiene la pieza.
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La magia del arroz
El arroz es la semilla de una planta llamada Oryza sativa, cultivada en China hace unos 5.000 años pero que se ha extendido alrededor del mundo. Su color es generalmente blanco y es un alimento muy nutritivo y con diferentes usos. Desde los pequeños de la casa hasta los mayores pueden consumir arroz, ya que es parte esencial de la alimentación, por sus diferentes propiedades y vitaminas. Entre ellas destacan que aporta una buena cantidad de energía por ser rico en hidrato de carbono, y que con tan solo 80 gramos de arroz, tu cuerpo recibe vitaminas B3 y B6 (la cuarta parte de ellas) y la quinta parte de los componentes B1 yB5, incluyendo un 16% de ácido fólico, el cual fortalece el sistema inmunológico. Eso sin contar que puede prevenir el cáncer de colon, fortalece el corazón y es un protector gástrico para estómago e intestino.
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Carrilleras como complemento del arroz
Para completar nuestro plato de arroz hemos elegido esta vez unas carrilleras de cerdo que hasta hace poco era un corte de carne casi denostado y que se encontraba entre la casquería, pero al que la apuesta de los cocineros por ellas ha hecho que se conviertan en un plato muy popular. Y es que ya sean de cerdo como de ternera, y excepcionalmente de buey, son uno de esos fijos de carne que están ya presentes en la mayoría de bares y de restaurantes. Las carrilleras son ese corte de la carne que se encuentra a ambos lados de la cara del animal (sus carrillos) y son, por lo tanto, una carne grasa y rica en colágeno, gelatinosa, que se deshacen fácilmente en la boca.
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Ingredientes de la receta
Esta receta de arroz meloso con carrilladas no es tan sencilla como otras anteriores, porque nos va a llevar algo más de tiempo, pero sin duda que cualquiera puede hacerla si sigue todos los pasos. Para poder llevarla a cabo primero tendremos que tener a nuestra disposición todos los ingredientes, que no serán otros que 4 carrilladas de cerdo ibéricas, 4 dientes de ajo, dos cebollas, otras dos zanahorias, 150 ml de vino tinto, 400 ml de caldo de ave, un litro y medio de caldo de carne, pimienta negra, laurel, sal y, por supuesto, el arroz.
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Primeros pasos
Para empezar a preparar nuestro arroz meloso con carrilleras, lo primero es salpimentar éstas. En una olla se pone un poco de aceite de oliva y se sellan las carrilleras por ambas caras para que los jugos no se pierdan. Se agrega el ajo picado y una cebolla y una zanahoria en brunoise y se sofríen las verduras junto al producto principal, añadiendo el vino tinto. Cuando haya evaporado el alcohol se agregan unos granos de pimienta, laurel y el caldo de ave. Se tapa y se deja cocinar a fuego lento 40 minutos aproximadamente. Después, se cuela la salsa, se retiran las verduras y se reserva.
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Los toques finales
Si hemos llegado hasta aquí poco nos quedará para nuestro arroz meloso con carrilleras. En una olla se pone aceite de oliva y se hace un sofrito con ajo, cebolla, zanahoria, bulbo de apio y tomate rallado. Cuando todo esté pochado es cuando se añade el caldo de carne y unos cuantos cazos de la salsa que hemos creado con las carrilleras. Entonces se añade una parte del arroz por cada 5 o 6 de caldo, romero y tomillo al gusto y se deja cocer hasta que el arroz esté tierno. Ya sólo quedaría servir el arroz con las carrilladas por encima. Difícilmente ninguno de los comensales podrá resistirse al sabor del guiso, que podrás emplatar como tú desees.
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