El marmitako podría ser un motivo de discusión de varias las comunidades autónomas españolas, ya que cualquiera de ellas podría adjudicárselo como suyo. En realidad, la marmita de bonito es un plato basado en Thunnus alalunga, cuyo origen se encuentra en los pescadores asturianos, cántabros y vascos. Se trata de un guiso de bonito con patatas, cebolla, pimiento y tomate, principalmente, y que en algunos lugares se sirve caliente en una cazuela de barro. Aquí vamos a intentar mostrar las claves para hacer bien este tradicional guiso que en el País Vasco, por ejemplo, es más típico tomarlo en agosto, habida cuenta de que es la época en la que los arrantzales lo pescan en el Cantábrico.
5Últimos pasos
Después de arreglar algo fundamental en el marmitako como son las patatas, se añade la puntita de pimentón y la carne del pimiento choricero y se remueve hasta que el pimiento choricero se deshaga, momento en que habrá que añadir las patatas. Se rehogarán en el sofrito para que se empapen bien unos 10 minutos, removiendo de vez en cuando, y se mojan con el vino y se deja que evapore el alcohol un minuto. En ese instante hay que cubrir con agua, salar y dejar a fuego muy suave (lo justo para que borbotee un poco) durante una hora aproximadamente, moviendo la cazuela de vez en cuando. Si las patatas gustan más enteras, dejar menos tiempo. El caldo debe quedar gordito, pero no demasiado espeso. Si está muy líquido, aplastar un par de trozos de patata y disolverlos. Si el marmitako está muy pastoso, añadir un poco de agua. Se retira del fuego y se añade el bonito cortado en trozos de unos 2 cm. Se tapa y se deja que se haga con el calor del guiso durante unos 5 minutos como mínimo. Sólo faltaría añadir un poco de sal si es preciso y servir caliente o templado.