Lo mejor de las alitas de pollo es que son piezas pequeñas, con poca carne, pero al mismo tiempo jugosas, tiernas y sabrosas. Por ese motivo lo mismo se pueden tomar como aperitivo que como entrante o acompañante. Al igual que el pollo, las alitas son muy versátiles en la cocina, ya que se pueden preparar de mil formas. Se pueden freír, empanar, rebozar o, para que sean más saludables, se pueden cocinar al horno. Esta es la manera en la que vamos a hacer las nuestras, ya que así tendrán menos aceite y serán menos calóricas, sin contar que de esta manera estarán aún más deliciosas.
4Últimos pasos
Para finalizar nuestra receta de alitas de pollo rebozadas, cuando haya pasado el tiempo, se pone en una sartén aceite de oliva abundante al fuego para que se vaya calentando. Mientras se calienta el aceite, se baten los dos huevos en un cuenco y se echa la harina en otro. Se van pasando las alitas por la harina y luego por el huevo, y acto seguido las vamos echando en el aceite caliente por tandas. No hay que echar muchas alitas a la vez para que el aceite no se enfríe, pues si se enfría cogerían un exceso de aceite y no sabrían del todo bien. Se deja que las alitas se hagan bien tanto por un lado como por otro y una vez doradas se sacans a una fuente con papel de cocina para que absorba el exceso de aceite.