La receta de costillas a la miel es una de esas que está pensada para aquellas personas que no tienen apenas tiempo que dedicar a la cocina, es decir sencilla y a la vez rica y sabrosa para incluso que, después de ver el resultado, se animen a pasar más tiempo en ella. Eso sí, para que se de este último detalle, que todo quede perfecto, si el ‘chef’ se lo puede permitir lo ideal es dejar macerar la carne durante varias horas en la salsa de miel, e incluso dejarla de un día para otro. Si se opta por ello y hace calor en la cocina, lo mejor es ponerla dentro de un cuenco tapado con film, meterla en la nevera, y sacarla cada una o dos horas para removerla y que los distintos ingredientes que conforman el adobo penetren por toda la carne.
1La miel perfecta para las costillas
Para que estas costillas queden perfectas lo mejor, si se puede, es hacerlas con una buena miel de romero, porque el resultado será doblemente espectacular. Y es que entre las propiedades de ésta destaca el que mejora la digestión, protege la mucosa intestinal y estomacal, con lo que alivia y facilita las digestiones difíciles y pesadas, así como los gases y la acidez. También, es un antiséptico natural, estimula y depura el hígado, es beneficiosa para la mente y hasta regula la menstruación desordenada. Del mismo modo, si se tiene la oportunidad de hacer uso de hierbas frescas, no hay que dudarlo porque el sabor y aroma que transmiten a los alimentos es muy superior al que se consigue con las hierbas aromáticas secas.