Las berenjenas son una de las hortalizas más agradecidas a la hora de cocinar. Acepta tanto recetas saladas como toques dulces, lo que ha hecho que esté presente en la cocina de varios países. Hacerlas gratinadas podría considerarse una receta de origen italiano, aunque a buen seguro que los griegos y hasta el Medio Oriente, con sus mousakas y sus guisos a base de berenjena, también tendrían algo que decir al respecto. Sobre todo porque su cultivo es antiquísimo, desde antes del 2000 a. C. y existen innumerables documentos escritos donde sitúan su origen en el sudeste asiático. Además, es un plato completo, ya que aportan fibra y potasio, así como otros minerales y vitaminas más que necesarios como son el manganeso, el fósforo, el calcio, el hierro y la vitamina C. Esto, sumado al calcio de la leche, supone un plato rico y sabroso que puede gustar tanto a pequeños como a mayores. Hoy en día incluso se celebra el día internacional de la berenjena, que es el 21 de diciembre.
3Cómo hacerlas
La receta de berenjenas gratinadas es relativamente sencilla, ya que el total de la preparación nos puede llevar unos 70 minutos. Solo tenemos que ser cuidadosos a la hora de gratinar para que no se nos tueste en el horno, y con otro paso que quizá si es el más complejo: preparar la bechamel. Esta salsa, base de las croquetas y de muchos otros platos le aporta una melosidad al plato que lo convierte en una delicia, aunque también sube el contenido calórico del plato, ya que con ella las calorías se disparan hasta las 700, aunque hay que repartirlas entre las cuatro personas que van a degustar el plato.