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sábado, 23 noviembre 2024

Cómo hacer unas costillas a baja temperatura súper jugosas

Relacionar costillas de cerdo con una barbacoa es lo más natural. Con esta receta que vamos a desarrollar va a quedar demostrado que es posible preparar las primeras sin necesidad del segundo aparato ni tan siquiera de ir a un restaurante. El secreto es cocinar las costillas a baja temperatura. La ventaja es que, con esta técnica de hornear, podremos disfrutar de este plato sin necesidad de pasar un largo rato en la cocina con su preparación. Que nadie quedará insatisfecho lo demostrará el resultado final, ya que la carne se desprenderá del hueso como las hojas de los árboles en otoño, porque estará tierna y jugosa, manteniendo todo el sabor que pueda aportar una barbacoa. Para completar la faena se precisará eso sí una salsa barbacoa casera con la que barnizar las costillas.

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Envolverlo en aluminio

Habrá que envolver el costillar en aluminio

Lo siguiente sería envolver cada pieza de costillas en papel de aluminio, haciendo un papillote, sin que quede ningún sitio por el que se pueda escapar el jugo de la cocción. A continuación se meten envueltas en papel de aluminio al horno, donde como mínimo tendrán que estar doce horas a una temperatura de 80 ºC. Si tu horno no acepta es temperatura se puede poner a 90 °C durante menos tiempo, unas 10 horas. En ese periodo no hay que hacer nada en absoluto, ni darle la vuelta a las costillas ni ocuparse del horno. Cuando ha pasado este tiempo se saca la bandeja de costillas del horno, que habremos precalentado a 200 ºC. Se abren los paquetes con cuidado para preservar los jugos (que hay que verter en un cazo) y se reservan. Salen con un color blanquecino pero eso no quiere decir que hayamos hecho algo mal ya que al final quedarán perfectas. Mientras sube la temperatura del horno, se añade sal al jugo de las costillas y se calienta al fuego.