El amor de Felipe VI hacia sus hijas lo vemos y lo percibimos en cada una de sus apariciones públicas. Es difícil no ver a un padre que se le cae la baba frente a dos bellezas como Sofía y Leonor. Ellas son todo su mundo y le han ofrecido el cambio más significativo de su vida. El soltero de oro se casaba con la periodista, pero no fue hasta que llegó Leonor cuando vio cumplidos todos sus sueños.
5Una familia que no tuvo
Felipe VI quería tener el hogar que nunca tuvo en su casa. Juan Carlos I fue un Rey que estaba más tiempo fuera de casa que dentro de ella. Su papel era más secundario que primario, Sofia era la que llevó desde un primer momento la educación de sus hijos. Felipe sabía perfectamente la importancia de esa figura materna.
Como pudimos comprobar en el vídeo de su 50 cumpleaños a su mujer la llama desde que nacieron sus hijas “mamá”. Es la clave de la felicidad de sus pequeñas. Entre los dos forman el tándem perfecto. Felipe trabaja a cuatrocientos metros de su casa y procura estar siempre a la hora de cenar, para estar todos juntos en la mesa.