Los champiñones al ajillo es una de esas recetas clásicas de las que se puede disfrutar tanto en guarnición para una carne como de aperitivo, antes de comer propiamente dicho. Lo bueno de la misma es que el producto principal además de ser altamente nutritivo es barato y tiene un sabor delicado que se puede adaptar perfectamente a infinidad de platos. Y por si con lo anterior no bastara hay que tener en cuenta que este plato puede ser una buena manera de incorporar vegetales a nuestra dieta, sin contar con que se prepara en un abrir y cerrar de ojos, por lo que aunque uno sea muy ducho en la cocina a buen seguro que logra una guarnición de esas con las que se agradece tener pan a mano, sobre todo porque la mezcla de aceite de oliva y jugo que sueltan los champiñones da lugar a una salsa de sabor espectacular.
4Beneficios del producto
Los champiñones son una de las setas más populares, comercializadas y consumidas en los países occidentales. Existen numerosas especies pero todas son beneficiosas para nuestro organismo. Al ser bajos en calorías, pero ricos en vitaminas del grupo B, potasio, hierro, cobre y selenio; estos hongos suelen estar presentes en las dietas de adelgazamiento ya que refuerzan el sistema inmunitario gracias a sus betaglucanos. Además, ayudan a prevenir el cáncer, ya que gracias a su contenido en selenio ayudan a combatir los radicales libres, y ayudan a la salud cardiovascular, pues al ser ricos en potasio y sodio permiten controlar la presión arterial y fortalecer el corazón. También previenen dolencias intestinales y tienen efecto saciante, por lo que favorecen el control de peso. A la hora de la compra, conviene escoger champiñones de color blanco, de consistencia dura y con el sombrero bien cerrado, y unidos al pie. Todos estos detalles indican que se trata de hongos frescos y de calidad.