Los champiñones al ajillo es una de esas recetas clásicas de las que se puede disfrutar tanto en guarnición para una carne como de aperitivo, antes de comer propiamente dicho. Lo bueno de la misma es que el producto principal además de ser altamente nutritivo es barato y tiene un sabor delicado que se puede adaptar perfectamente a infinidad de platos. Y por si con lo anterior no bastara hay que tener en cuenta que este plato puede ser una buena manera de incorporar vegetales a nuestra dieta, sin contar con que se prepara en un abrir y cerrar de ojos, por lo que aunque uno sea muy ducho en la cocina a buen seguro que logra una guarnición de esas con las que se agradece tener pan a mano, sobre todo porque la mezcla de aceite de oliva y jugo que sueltan los champiñones da lugar a una salsa de sabor espectacular.
2Qué hacer con los champiñones
Fundamental para preparar champiñones al ajillo es la preparación de éstos antes de echarlos a la sartén. Lo primero de todo es cepillarlos bien y colocarlos en un bol con agua fría y el zumo de limón que tenemos ya preparado. Para ello hay que lavarles bien y después secarlos muy rápidamente con un paño de cocina limpio. Si los hemos comprado grandes hay que picarlos en trozos pequeñitos, ya que al ajillo quedan mucho mejor que en una pieza única.