Por mucho que la brandada de bacalao sea un plato desconocido para muchas personas, lo cierto es que su consumo no sólo es popular en España (es típico del arco mediterráneo que abarca Cataluña y la Comunidad Valenciana, y también del País Vasco, mientras que en la Comunidad de Castilla-La Mancha recibe el nombre de atascaburras), sino también de otros países como Italia (en la región de Liguria) o Francia (en la Provenza). Lo mejor es que es súper sencillo de realizar, ya que sus ingredientes principales son tan solo el bacalao y el aceite de oliva.
1Origen de la brandada
Todas esas zonas en las que la brandada de bacalao es tan popular se produce porque su origen fue una variante del alioli a la cual, cuando, desde el País Vasco y a lo largo del Pirineo, se introdujo el bacalao seco, posiblemente hacia el siglo XVI, se añadió este. La brandada pertenecía a la cocina casera y familiar tradicional popular que cenaban a menudo los campesinos de la costa que va desde Alicante hasta la región de Liguria (noroeste de Italia) hasta que, en la época de la Revolución Francesa, la receta llegó a París. La versión parisina evita el ajo, considerado vulgar, sustituye el aceite de oliva por otros vegetales, a veces por mantequilla, y añade nata, leche, patata u otros ingredientes. A Cataluña llegó en el siglo XVIII, con el nombre de Bacallà a la provençal, como se puede ver en un recetario monacal. En el manuscrito en catalán ‘Guisados bàrios‘ de 1831, publicado por La Magrana, se denomina Bacallà a la marsellesa y en el libro ‘El confitero moderno‘, de José Maillol, publicado en Barcelona en 1851, aparece con el nombre de «Bacalao a la provenzal llamado brandada».