Todo el mundo tiene un pasado. Todos hemos pasado por etapas infantiles, juveniles… de esas cuando teníamos la cara redonda y éramos más felices. Y también les ha pasado a los colaboradores de «Sálvame», que en algún momento de sus vidas fueron personas normales y corrientes. Mira el cambio que han pegado algunos.
2Karmele Marchante
Karmele, antes de ser una de las señoras que ocupa un sillón en el «Sálvame», también fue periodista. Sí, en el sentido serio de la palabra. El cambio ha sido espectacular, y no solo en el modo de dirigir su profesión. En la foto de la izquierda la vemos con un peinado cutre, y algo horrible, pero más seria.
Por otro lado, en la foto de la derecha vemos cómo Karmele ya es Karmele, con su típico corte descuidado y pelo color rubio. No sabemos si la voz a grito es algo que te regalan cuando entras al programa, pero es probable que sí, o que sea obligatorio mantener cierto registro.
Mila Ximénez
Ahora vemos a Mila Ximénez, y vemos a una señora. Con sus más y sus menos, pero una señora. Podría ser perfectamente la señora del piso de enfrente que vive sola mientras espera que sus nietos la visiten. Pero no, esa no sería Mila Ximénez.
Y es que a la izquierda vemos a Mila Ximénez cuando era joven. Y hemos de admitir que era una belleza. De esas que, a pesar de la moda cutre de los años 80, podías ver que la persona era guapa. A ver, hoy en día todavía se ve. Pero el tiempo y las cámaras han hecho estragos en su aspecto.
María Patiño
María Patiño es una de esas voces ensordecedoras que hace que nuestros oídos tiemblen. Y es que o la quieres, o no la soportas. Tiene ciertos puntos de arrogancia increíbles que hace que odiemos todos los productos que ella promociona.
Quién lo diría, viendo la cara que tenía cuando era jovencita… Si es que de joven parecía que no rompía ni un plato o no mataba ni a una mosca. Pero todo el mundo crece, y algunos se convierten en puro entretenimiento para las señoras mayores que se quedan en casa. No hay más. Y si ellos están contentos con lo que son, el resto no somos nadie para decir ni mu.