Al principio, cuando se le relacionaba con nada más y nada menos que la hija de Isabel Preysler, le conocimos como un empresario dedicado al mundo del motor. Lo que desconocíamos es que, Íñigo Onieva, el novio de Tamara Falcó, tenía otra pasión oculta. Una pasión por la que ha apostado abriendo su local para animar la noche madrileña. Negocio que para alguien muy cercano a él, no le ha hecho para nada de gracia. ¿De quién estaremos hablando?
2Íñigo Onieva: «Estaba desencantado con la proyección de mi carrera»
> Pero… ¿A qué se debe este cambio? Pues porque al fin y al cabo, el motor acabó aburriéndole. «Me formé en Diseño de Coches y trabajé en Barcelona, Italia… Estaba desencantado con la proyección de mi carrera» ha expresado para la popular revista. Y es que como él mismo dice, llevaba una vida muy «corporate, como de funcionario, y eso no era lo mío».
Viniéndose a Madrid en el año 2018, fue entonces cuando encontró esa motivación y pasión, llevar su propio club. «Tenía un par de club antes (…) A modo de ‘hobby’, de ocio. Me divierte viajar, ver conceptos similares en el extranjeros y traerlos a España», recoge la revista ¡Hola!. Pero claro, este giro de guion en su vida, no le ha gustado a una persona muy especial para él… Y no, no es Tamara Falcó.
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