La historia de Carolina de Mónaco y Ernesto de Hannover es un capítulo de la realeza europea que nadie termina de entender. La pareja se daba el ‘sí quiero’ en el año 1999, mismo año en que traían al mundo a su hija Alexandra de Hannover, pero 10 años después el matrimonio se despedía entre grandes escándalos para no verse nunca más. Eso sí, la despedida ha sido solo a nivel público pues legalmente, a día de hoy, siguen casados.
4La estrategia del príncipe para desheredar a sus hijos
>Para que Ernesto y Christian puedan acceder a la herencia de su padre existe un decreto el cual dictamina que si alguno de los dos se casa, el padre debe dar la bendición, cosa que el príncipe Ernesto nunca hizo. Por este motivo tanto Carolina como los hijos del príncipe temen que si la princesa de Mónaco se divorcia de su actual marido, este pueda volver a casarse y tener otro descendiente el cual heredaría todo. Además de por los hijos del príncipe Ernesto, Carolina sigue casada con él por la hija que tienen en común la cual se vería perjudicada en cuanto a parte de herencia recibida si este tuviese otro bebé.
Este hecho de seguir casada para proteger el bien de unos hijos que no son suyos, demuestra el buen corazón que tiene Carolina de Mónaco, ya que su actual esposo está siempre envuelto en detenciones, polémicas y ordenes de alejamiento que para nada la benefician en su imagen. Aún así ella se mantiene casada por el bien de su familia, porque no quiere que el patrimonio de Ernesto de Hannover valorado en más de 500 millones de libras vaya para nadie que no sea del circulo familiar.