Cómo diferenciar entre un préstamo y crédito

Los préstamos y los créditos son dos tipos diferentes de financiación. Ambos son servicios bancarios que dan dinero al cliente, pero tienen definiciones y objetivos diferentes. Por ejemplo, en la parte de créditos podemos obtener un minicrédito o una tarjeta de crédito, y por la parte de préstamos, podemos optar por préstamos personales o empresariales.

Los bancos se especializan en la financiación para sus clientes y entre las muchas alternativas disponibles, los préstamos y las líneas de crédito son dos de los productos más populares que eligen tanto los clientes habituales como las empresas. A veces se confunden un crédito y un préstamo cuando, en realidad, representan métodos distintos para obtener el dinero que necesitamos.

Préstamos

Un préstamo es una operación financiera en la que una persona o entidad (el prestamista) entrega a otra persona o entidad (el prestatario) una cantidad de dinero determinada al inicio del acuerdo, con la condición de que tanto el monto inicial como los intereses sean devueltos durante un periodo de tiempo determinado. Estos préstamos se pagan en cuotas periódicas.

Por ejemplo, Anna pide un préstamo de 25.000 euros a un banco para comprar una casa. Se le concede la financiación y ya dispone del dinero en efectivo. Ana acuerda con el banco devolver el dinero a lo largo de 12 meses en cuotas mensuales, por lo que debe pagar parte de la deuda, así como los intereses cada mes.

Créditos

Un crédito es un tipo de financiación más adaptable que permite al prestatario utilizar la cantidad prestada según sus necesidades. El cliente tiene un límite máximo de dinero que puede gastar, dentro del cual puede disponer total o parcialmente de él. Es posible que el cliente gaste todo el dinero que se le da, sólo una parte o no gaste nada.

Por ejemplo, Ana recibe una tarjeta de crédito con un saldo disponible de 1.000 euros, ella decide comprar un nuevo móvil, pero sólo utiliza la mitad del dinero disponible, lo que le supone unos intereses y unos pagos de crédito que van acorde a la cantidad que ha gastado. Puede elegir no utilizar el crédito de inmediato y será accesible hasta que lo haga.

Las formas típicas de obtener dinero a través de un crédito, son la tarjeta de crédito y la póliza o línea de crédito, que generalmente se describe como una cuenta corriente en la que se pueden hacer ingresos y reintegros hasta el límite asignado.

Diferencias entre ambos

Recepción del dinero

La diferencia más significativa entre los créditos y los préstamos, es el momento y el método a través del cual se entregará el dinero. Con los créditos hay una cantidad de dinero accesible, pero el cliente sólo utiliza la parte que necesita. Se puede utilizar tantas veces como se quiera hasta alcanzar el límite preestablecido. En cambio, la cantidad de dinero que supone un préstamo se determina con antelación y se entrega íntegramente al cliente al formalizar el acuerdo.

Plazo de devolución

Cuando una persona acepta un préstamo, se compromete a pagar las cuotas. Suelen ser pagos mensuales que incluyen tanto el dinero prestado como los intereses. Este reembolso también puede ser trimestral o semestral.

La devolución del crédito es algo distinto. Para empezar, no se exige un pago mensual, sino que el cliente determina los importes y las fechas de las cuotas al solicitar el crédito. Una vez que el usuario ha pagado el crédito, puede volver a utilizarlo dentro de los parámetros establecidos en el momento de la solicitud.

Intereses

Los intereses de un crédito se calculan sólo sobre el dinero utilizado, no sobre el total del dinero preaprobado. Hay que mencionar que puede haber comisiones adicionales si el saldo restante no se utiliza al final de su plazo. Estos tipos de interés suelen ser mayores con un periodo de reembolso más corto, debido a la facilidad de acceso al crédito siempre que se necesite.

Los préstamos, en cambio, calculan los intereses sobre la totalidad del capital que se otorga. Los tipos de interés suelen ser más bajos en este caso, y las cantidades mayores. Además, los plazos de pago son más largos, generalmente de años.

¿Cuándo es bueno usar cada uno?

Estas dos alternativas de financiación son igualmente aceptables, se usan en función de sus exigencias y de las condiciones ofrecidas por cada una de ellas. Los créditos se solicitan con frecuencia para hacer frente a necesidades particulares, derivadas de la falta de liquidez. Se puede decir que es una especie de “colchón financiero”.

Los préstamos se utilizan con frecuencia para financiar importantes compras puntuales con grandes cantidades de dinero. Se trata de activos a largo plazo, como una casa, muebles, un coche o una oficina corporativa. En estas situaciones, se conoce el precio exacto de la compra y el importe se devuelve a lo largo del tiempo en cuotas que el usuario puede pagar.