La vida no le da tregua. María del Monte experimenta hoy uno de los momentos más dolorosos de su existencia. Abatida, como no podía ser de otra manera, despide a quien fue, una clave fundamental en su ser, su madre Bibiana. Tras decir adiós a dos de sus hermanos y a su padre se va de su lado a quien más ha querido y ese vacío es, hoy por hoy y para siempre irremplazable.