Ana Obregón está viviendo uno de los momentos más complicados de su vida. La polifacética artista intenta sobreponerse tras haberse cumplido un año del fallecimiento de su hijo, Aless Lequio, su mitad y el amor de su vida. A pesar del dolor interno que siente por la ausencia de su hijo y posteriormente la de su madre, la actriz sigue luchando día a día por sacar esa sonrisa que tanto nos gusta ver.
Esta semana veíamos en su revista de cabecera un reportaje fotográfico en bañador blanco, muy significativo porque Ana siempre ha hecho sus apariciones en este último año de negro. Incluso cuando dio las campanadas lució un vestido blanco, precioso, porque ese color en otras culturas refleja el dolor que siente la persona por la pérdida de un ser querido.
Ana Obregón tiene un nuevo objetivo, terminar el libro de su hijo Aless
La bióloga va a sacar fuerzas para terminar de escribir el libro que empezó el empresario. Aun así, va poco a poco: «Eso espero chicos». Algo que confesaba esta semana en las líneas de su entrevista para la revista ¡Hola!, que nos ha dejado muy impresionados, pero sobre todo intrigados por cómo será la historia que finalmente se publique.
El estado salud de Antonio Obregón preocupa a su hija enormemente
Más tranquila y relajada que tiempo atrás, Ana nos ha explicado cómo se encuentra su padre: «Ahí vamos». Y es que como decimos, este ha sido uno de los años más duros para la actriz porque cuando se cumplía un año de la muerte de su hijo, tenía que hacer frente a la pérdida de la mujer que le dio la vida.
De blanco impoluto, con gafas de sol, mascarilla y una trolley verde, con un vestido combinado con deportivas Converse, la actriz salía acompañada de uno de sus mejores apoyos: Susana Uribarri. En un momento dado vemos como la Obregón se quita las gafas de sol y se aprecia su rostro sin maquillar. Ana no se despega de su hijo y le lleva en un colgante que se ha convertido en su mayor fuerza con el nombre de Aless.