Han estado más de 80 días separados. Toda una eternidad para Anabel Pantoja. La sobrinísima no ha podido disfrutar de Omar Sánchez, más conocido por ella como ‘el Negro’, todo este tiempo. Sin embargo, con su expulsión de Supervivientes, los dos ya están juntos de nuevo. Y les queda una tarea pendiente, ¡organizar una boda! Y como está el patio en el clan Pantoja, parece que Omar no quiere remover más las aguas que ya están revueltas.
Juntos por fin tras 80 días…
El canario ya está recuperando el tiempo perdido con la sevillana. Y es que le queda muy poco tiempo para organizar una boda. Anabel ya ha confesado en más de una ocasión que ha pasado de querer un bodorrío por todo lo alto a una boda más íntima. Tanto que ha cambiado de destino, de Sevilla a Canarias.
Ambos han estado pasando tiempo en la capital madrileña. La feliz pareja ha acudido a uno de los restaurantes más exclusivos de Madrid. Pero no solos, acompañados de unos amigos con los que estuvieron seguro, compartiendo risas y recuerdos sobre la experiencia de Omar en Supervivientes.
Un momento muy delicado para el Clan Pantoja
La verdad es que Omar Sánchez ha regresado a España en un momento bastante complicado para la familia de su futura mujer. El Clan Pantoja no está pasando por su mejor momento. Kiko Rivera ha iniciado una batalla judicial contra su tío, Agustín Pantoja. En medio de esta guerra, se encuentra la propia Isabel Pantoja. La tonadillera se encuentra entre la espada y la pared, defender a su hijo o a su hermano.
Para colmo, Kiko Rivera ha acabado hasta las narices de su prima Anabel Pantoja. Si la ‘pantojita’ le quería tener como su padrino, parece que no va por buen camino. Y es que el Dj le ha dado la puntilla a su prima. Ha sido a través de un duro mensaje de Instagram donde lo más light era lo siguiente: «Para ofenderme primero tienes que importarme«.
Omar Sánchez: «No me voy a meter, son cosas de Anabel y la familia»
Omar en su vuelta a la ‘civilización’, se ha encontrado con este pastel. Y claro, ha tenido que salir al paso. Sin embargo, el canario ha preferido no echar más leña al fuego y opta por un tono más conciliador. Eso sí, sin dejar de lado a Anabel: «Yo en esos asuntos no me voy a meter, son cosas de Anabel y la familia y yo siempre voy a apoyarla en todo lo que necesite, todos son buena gente y no tengo ninguna queja de ellos«.
Además, se ha mostrado optimista con que los primos al final se reconcilien, cosa que ahora mismo esta muy ‘negra’ como su apodo. «Ya veremos lo que pasa, esperemos que sí que se solucione, pero ya veremos lo que pasa. Ella le quiere mucho«.
Orgulloso de su participación en Supervivientes, ha afirmado que le faltó un poquito más y no «venirme abajo«. Acostumbrándose a la situación actual en la ciudad, con las mascarillas, está claro que a lo que también se tendrá que acostumbrar es a las preguntas sobre su futura boda.
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