Demostrando que es una mujer nueva y que como el ave fénix ha resurgido tras la emisión de su serie documental, Rocío Carrasco ha regresado por sorpresa a Chipiona para recorrer la localidad natal de su madre y visitar el mauseoleo de Rocío Jurado coincidiendo con el 15º aniversario de su muerte. Una visita que ha tenido lugar tres días después de que el resto de la familia – con Gloria Camila, Rocío y David Flores a la cabeza – protagonizasen un emotivo acto de homenaje a ‘La más grande’ en el mismo lugar por el que después de años de ausencia ha paseado la ex d Antonio David Flores.
Una visita sorprendente en la que ha estado acompañada por un equipo de grabación de Rocío, contar la verdad para seguir viva y sobre la que le hemos preguntado a Rocío Flores a su llegada a Madrid para cumplir con sus múltiples compromisos profesionales en el día del 15º aniversario de muerte de su abuela, a la que no ha dudado en definir como «La más grande» y confesando que sobre todo la recuerda con mucho «orgullo» y «admiración».
Mucho más tranquila que en días pasados – actitud que también se reflejó en el plató de Supervivientes, en el que se mostró sonriente y muy participativa – Ro ha confesado que se encuentra «muy bien» pero ha evitado pronunciarse sobre la visita de su madre al cementerio de Chipiona. Una reacción esperada, puesto que hasta el momento la joven guarda silencio sobre su insalvable distanciamiento con su progenitora.
En los últimos días se ha especulado con que Rocío podría grabar su propia serie documental en respuesta a la de su madre y, con pruebas y sentencias judiciales, contaría una verdad bastante diferente a la de Rocío Carrasco. Una información que la joven tampoco confirma, prefiriendo guardar silencio y dejar en el aire si piensa contar su versión de esta guerra familiar que parece tener difícil solución.
Muy nerviosa cuando le hemos preguntado por las declaraciones de su tío José Antonio asegurando que no se cree el testimonio de su madre y saliendo en su defensa y en la de su hermano David, a Rocío se le ha roto incluso la rueda de su maleta y, cansada de las preguntas y molesta por este inesperado incidente, ha pedido que por favor la dejemos tranquila. «Vale, yo creo que ya, ¿no? Me habéis hecho todas las preguntas del millón, así que por favor. ¿Puedo poner la rueda tranquila e irme?», pedía, despidiéndose de su padre, Antonio David, con quien casualmente hablaba por teléfono en ese momento.