Si algo caracteriza al programa de Ana Rosa Quintana es la compostura y el dejar escuchar. Es algo por lo que lucha ella y que reina dentro de Mediaset, aunque no siempre sea así. Y es que saben que, escuchar desde casa, a veces es molto complicado y por eso se pasan todo el tiempo mandando callar… Como en el cole, se podría decir. Hoy ha tenido que intervenir por culpa de Alessandro Lequio. ¿Quieres saber lo que le ha dicho al italiano? Es que, además no es la primera vez… Y Ana Rosa no lo puede permitir. Quintana se ha marcado un casi ‘que te calles’ al más puro estilo Rey Juan Carlos con Chavez.
5Ana Rosa no duda en enfrentarse con el padre de su ahijada
> Y es que resulta que Lequio se llevaba las manos a la cabeza al ver que siendo tan religiosos y la Jurado más, y de tan Rocío, tan de Virgen de Regla, como no estaban bautizados y no habían hecho la comunión. Si bien la comunión podía ser más difícil por evitarse Antonio David Flores y Rocío Carrasco, en el bautizo de Rocío Flores podía haberse celebrado.
Rocío Flores se hizo un BCC (Bautizo, Comunión, Confirmación) que no un BBC con 15 años. Edad en la que dejó de verse con su madre. Pero no se acordaba de la fecha… si fue antes o después de la bronca. Lequio es que se salía fuera de sí, aunque nada que ver con el pasado. Aun así, Ana Rosa, le decía que se callara y que dejara hablar: «Deja hablar, está intentando contar un testimonio personal». Alessandro captaba el mensaje, y bajaba la cabeza diciendo que sí, que tenía razón. Y es que además, justo en ese momento, Rocío estaba contando a la audiencia por qué no fue su madre estando invitada… Pero nos quedamos en ascuas y no por el italiano, sino porque Rocío Flores no sabía…
El caso es que la consigna de Mediaset está clara: conversación moderada, dejando hablar sin interrumpir a los demás, y si no que se lo digan a sus otros compañeros que se pasan la vida haciendo lo mismo: Emma García, Sonsoles Ónega y hasta Risto Mejide que echó de plató a Marcos de Quinto, expresidente de Coca-Cola y exdiputado de Ciudadanos, sin despeinarse-
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