A Fidel Albiac se le ha dado por todos lados en estos últimos años. Con solo una versión de los hechos ha sido muy difícil que los medios no desconfiaran del marido de Rocío Carrasco, del que tan poco se sabía. Se decía que era la mano que mecía la cuna e incluso que llegó a maltratar a la hija de la más grande. Unas acusaciones sin pruebas contundentes ante las que su protagonista ha dicho basta. Está dispuesto a hablar ante las cámaras, a que se le conozca y a corroborar las palabras de su mujer de principio a fin.