Rocío Carrasco, contar la verdad para seguir viva ha llevado el debate sobre la violencia de género a las calles y ha dividido profundamente a la sociedad. La polarización ha llegado incluso al plató de Sálvame, donde se han vivido momentos de auténtica tensión entre los colaboradores y la presentadora. Carlota Corredera no consiente cualquier discurso enfocado a cuestionar mínimamente el relato de la hija de la más grande, y ya ni siquiera disimula su profunda animadversión hacia todos aquellos que piensan diferente a ella o que todavía se hacen algunas preguntas. En su último gran enfrentamiento con uno de los tertulianos sobrepasó todos los límites, hasta el punto de que se vio obligada a pedir perdón y una tila. Casi le da un ataque de nervios. ¿Quieres saber qué pasó y enterarte de todo? Sigue leyendo, te contamos más detalles a continuación.
3Carlota Corredera, de los nervios: “Me niego”
> Antonio Montero continuó su alegato poniendo de manifiesto que también hay algunas mujeres que utilizan a sus hijos para hacer daño a sus parejas o exparejas, y a Carlota Corredera le sacó de quicio que el paparazzi se aferrara a esos pocos casos para defender su alegato. “¿Quieres que hablemos de cifras de madres que acaban con la vida de sus hijos versus las mujeres que acaban asesinadas, o sus hijos, a manos de sus padres o de sus exparejas? ¿Sacamos las cifras? Me parece vergonzoso que en un país donde hay 1086 muertas desde el 2003 tengamos que sacar un solo caso para negar la violencia de género. ¡Me niego! ¡Me niego!”, señaló la presentadora de Sálvame muy alterada.
La tensión se palpaba en el ambiente y las caras largas se apoderaron del plató después de este tremendo enfrentamiento. De hecho, a Carlota Corredera no le quedó otra que pedir perdón a los espectadores: “Quiero pedir disculpas a la audiencia porque no me siento nada a gusto en estas situaciones que, por desgracia, desde que ha empezado todo esto suceden en este plató con compañeros. No me siento orgullosa de ponerme así. Pido disculpas”. Además, pidió una tila para calmar sus nervios, aunque no rebajó ni un ápice su lado más autoritario: “No voy a admitir ni una, ¡ni una! Quien no esté a gusto, tiene toda su libertada para tomar las decisiones que tenga que tomar”. “Para dejar el programa”, apuntó Kiko Hernández. ¿Están echando entre todos a Antonio Montero?
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