Hace justo una semana, la Casa Real británica emitía a través de un comunicado y por redes sociales el fallecimiento del Duque de Edimburgo. A los 99 años de edad, el Príncipe Felipe no podía superar finalmente los problemas de salud que padecía desde hace meses que le obligaron a estar ingresados hace unas semanas en un hospital londinense.
El próximo mes de junio el Duque de Edimburgo hubiese cumplido 100 años y era el máximo apoyo de la Reina Isabel II. Un hombre que supo estar en un segundo plano con respecto a su mujer y que se debió a la institución que representaba.
Hasta los 96 años representó a la Corona británica, casado desde hacía 73 años con la Reina Isabel II con la que tuvo 4 maravillosos hijos a los que ha dejado desolados tras su marcha. Sin duda, el Duque de Edimburgo fue el mejor embajador de la institución real británica y no dudó en luchar por una buena imagen pública hasta el último momento. Una semana triste para la Corona británica que pierde a uno de sus miembros más queridos.
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