Viva la vida empezó siendo un programa en el que muy pocos apostaban. Fue el heredero del espacio que María Teresa Campos dejó libre después de terminar ¡Qué tiempo tan feliz! Toñi Moreno se puso al frente de este formato, y muchos pensaban que iba a acabar desapareciendo. Sin embargo, los espectadores fueron cogiendo cariño a la presentadora y, gracias a ella, Viva la vida alcanzó unas cuotas de audiencia inimaginables. Después de una etapa de esplendor, la cadena pensó que era el momento de que Emma García tomara las riendas. El público no se tomó bien el cambio pero, poco a poco, se fue adaptando. Y, cuando todo parecía haberse estabilizado, una polémica ha revolucionado el plató de Telecinco. ¡No se imaginan lo que ha sucedido!
1Los ataques que han destrozado el programa: peleas y traiciones
> Emma García se puso al frente de Viva la vida desde que Telecinco decidió prescindir de Toñi Moreno. La mítica presentadora no tardó mucho tiempo en ganarse a la audiencia. Pero, lo que si le costó más trabajo, fue lidiar con sus nuevos colaboradores. Muchos de ellos tienen un ansia televisiva incontrolable, y están dispuestos a todo con tal de convertirse en la estrella de la cadena. Es el caso de Carmen y Alejandra, que no han dudado en sacar a relucir sus trapos sucios para ganar protagonismo en plató. Tía y sobrina tenían una relación estupenda hasta que empezaron a trabajar juntas, y descubrieron el precio que hay que pagar para ser tertuliana de Emma García.
Las peleas entre las Campos han llenado de contenido el programa. Así que, los directores no tienen nada que objetar al respecto. Pero, cuando José Antonio Avilés quiso jugar sus cartas, Viva la vida no dudó en tomar cartas en el asunto. “Me estás dando vergüenza, me estás dando una lástima”, le dijo Emma García. El tertuliano había traicionado a sus responsables vendiendo la última discusión de las Campos. Es más, grabó la pelea e intentó comercializar con las imágenes en una conocida revista. Parece que, en el programa de Emma, el compañerismo brilla por su ausencia. Aunque, lo peor está por llegar.
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