A escasos días de vivir la experiencia de su vida en Honduras, Alexia Rivas ha protagonizado algunas de las polémicas más sonadas. Después de salir por la puerta de atrás del programa en el que trabajaba Socialité, su nombre ha sido constante a lo largo de todo este tiempo en los medios. Su relación con Alfonso Merlos, la cual le hizo estar en el ojo del huracán por un tiempo ha finalizado y busca su propio camino de vuelta en televisión. A pesar de declarar que no quería ser personaje público sino una periodista más que busca los mejores testimonios de los famosos del momento no ha conseguido cumplir su promesa. Antes de volar a la isla más cotizada de la historia de los realitys ha dejado todos los asuntos que le inquietan atados. También, ha vivido en primera persona algunas de las controversias más recientes del mundo del corazón. ¿Quieres saber sus últimos pasos? Pues sigue leyendo porque te quedarás boquiabierto, te lo podemos asegurar.
2Acusó a su anterior jefe de «vejaciones» y «acoso»
> El Merlos Place le pasó factura. Con un trabajo estable en el que su presencia en cámaras como reportera de Socialité era cada fin de semana admirable, se fue de golpe y porrazo. Una baja médica tras un ataque de ansiedad en la que se reconocía que la paciente había sufrido dicha afección por un motivo sin igual: «Más de una semana en un escándalo amoroso y mediático sin precedentes en la televisión». Días más tardes la propia Alexia denunció a su jefe Óscar Cornejo productor y responsable de La Fábrica de la Tele por un trato vejatorio hacia su persona emitiendo un comunicado cuyo extracto decía así:
«Han vertido de manera indiscriminada comentarios sobre mi persona injuriosos o vejatorios. Con un contenido claramente ofensivo y difamatorio. Atacando directamente mi honor, mi integridad moral, mi imagen y mi reputación, personal y profesional, con información que no es veraz, ni objetiva, ni contrastada. Según recoge Informalia los términos referidos al acoso son muy graves «hostigamiento», «fustigamiento», «asedio», «humillación», «persecución», «bullying» o «mobbing», entre muchos otros fueron la tónica general de esta carta que se presentó el pasado mayo de 2020.
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