Carmen Janeiro cumple 45 años a punto de abandonar su querida Málaga para instalarse en Portugal junto a su pareja, el millonario Luis Masaveu. Poco queda ya de la mítica «Jesulina». La joven que aprovechaba la fama de su hermano, el torero Jesulín de Ubrique, para intentar llegar a convertirse en una modelo de fama internacional. Una aparatosa caída cambió su vida para siempre, dos años alejada del foco mediático hicieron que Carmen se refugiara en una vida anónima centrada en el yoga y un nuevo comienzo en su casoplón de Marbella que comparte con el empresario de raíces asturianas. Ahora, su hogar se vende a precio de oro para mudarse al país vecino y empezar así un nuevo camino en los negocios. Si quieres recordar cómo ha sido la vida de la única hija de Carmen Bazán y el pellizco que ahora ha pillado en su versión anónima sigue leyendo, porque te lo contamos todo a continuación.
2El drama que la dejó durante dos meses en silla de ruedas alejada de los focos
> Aunque muchos pensaron que su desaparición pública se debía a su posible mala relación con su cuñada, María José Campanario, pronto se descubrió por qué Carmen Janeiro tomó la decisión de ocultarse y empezar a llevar una vida anónima. Una mala caída fue su perdición. Dos años que se convirtieron en un auténtico infierno. «Por un accidente doméstico me rompí la tibia, el peroné y los maleolos», confesaba tiempo después. Dos operaciones y seis horas de rehabilitación diarias le sumieron en una terrible depresión.
Estuvo en silla de ruedas durante dos meses y también tuvo que usar muletas. Tener el pie demasiado hinchado y no poder apenas andar le hizo refugiarse en su propia soledad. «Me desanimé mucho porque estaba trabajando en Canal Sur, en un programa de humor y después hice un programa toreando. Me caí en mi casa, con una fregona. Esa etapa me aburría mucho, de verme en una silla de ruedas y dependiendo de que me movieran. Leía mucho, no quería que vinieran a verme…», explicaba en una entrevista a la revista Hola.
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