El programa Dos parejas y un destino nos está dejando momentos que quedarán para la historia de la televisión. En el capítulo de hoy hemos visto a Florentino Fernández llorar y no precisamente de risa, como estamos habituados a ver. sino por recordar a su madre fallecida hace pocos meses.
En una charla de lo más emocionante con Gonzalo Miró, el humorista ha confesado que: «Mi hijo me dice que cómo me dedico a la comedia con la mala hostia que tengo, me dice que no tengo gracia» lo que le ha hecho mucha gracia a su compañero. De un tema, se ha ido a otro, porque enseguida ha empezado a hablar de su madre. «Mi madre falleció hace unos meses, ha sido un palo muy duro para nosotros. Pero ella ha vivido con menos sentido de humor que mi madre».
Florentino ha comentado que sus padres nunca llegaron a ver bien el trabajo que desempeñaba en los platós de televisión, pero aún así siempre se sintió apoyado por ellos: «Nunca le han terminado de gustar las cosas que he hecho yo en la tele porque todo era cercano a lo absurdo, siempre me decía que cuando me iba a poner un traje e iba a presentar y en Nochevieja que estaba yo muy guapo este año, me acordé de ella».
El momento más emotivo ha llegado cuando Florentino ha confesado que su madre se fue de este mundo sin verle elegante en la tele y sin ver lo que consiguió en ‘Masterchef’: «Ellos no entendieron cómo era de complicada esta profesión, yo creo que ella estaría orgullosa, esperaba que viera ‘MasterChef’, pero lo que son las cosas… terminamos las grabaciones del programa, no podíamos decir nada a nadie, no le pude decir que llegué a la final y diez días después de terminar la grabación se murió, se levantó para el baño a las cinco de la mañana y falleció. Cuando me enteré, me pareció horrible, tenía 74 años, estaba bien, sana, por qué me tiene que pasar a mí. La echo de menos todos los días«.
El humorista terminaba con una reflexión después de darse un abrazo con Gonzalo: «Hay que vivir la vida muy intensa y pensar que cualquier momento puede ser el último», a lo que Miró ha añadido también lo que más echa de menos de su madre: «Una de las penas que tengo del fallecimiento de mi madre es que tenía 56 años, yo 16. Yo a veces sigo viendo imágenes, cuando veo su letra se me queda un nudo en el estómago».