La bechamel es una conocida salsa espesa cuyo origen se debate entre la gastronomía francesa e italiana. Su base es muy sencilla, con harina, leche y mantequilla, y sirve para infinidad de platos en formatos muy diferentes según la textura que se le proporcione al resultado. Hasta este punto todo parece muy fácil, pero pillar el truco a esta receta se puede resistir en muchas ocasiones por la textura o a aparición de los grumos entre otros problemas. Hoy queremos facilitarte los mejores trucos para una bechamel perfecta.
2Evitar los grumos en la salsa
Una bechamel con grumos es una auténtica ruina, ya que pierde la delicadeza del sabor y puede aportar tropezones desagradables a la receta, con un sabor harinado y poco atractivo.
Para evitar los grumos en esta salsa se debe rehogar primero la mantequilla con la harina hasta conseguir que se desprenda de las paredes del recipiente. Luego se añade la leche hirviendo y se remueve sin parar con una cuchara de madera hasta que la mezcla espese y sea homogénea.