Hace unos años, la familia Janeiro fue uno de los clanes más famosos de la televisión. Gracias Jesulín de Ubrique, sus padres y hermanos, hicieron una gran carrera en los medios de comunicación. Sin embargo, Belén Esteban, la eterna enemiga del torero, acabó con todos, y se convirtió en el único objetivo de la prensa. Una de las pocas personas que ha tenido el favor de la princesa del pueblo ha sido Carmen Bazán, su exsuegra.
Según se ha contado, la madre de Jesulín nunca ha perdido el contacto con Andrea, hija de Belén. Cuando María José Campanario se enteró de esta relación, hizo todo lo posible para acabar con ella. Pero, parece ser que el amor de una abuela puede con todo, y Carmen no estaba dispuesta a renunciar su nieta. Por ese motivo, Campanario empezó a hacerla la vida imposible. Desde ese momento, la relación entre nuera y suegra ha sido prácticamente inexistente. ¿Quieren saber por qué Carmen Bazán vuelve a ser noticia?
2María José Campanario acusó a su suegra de haberles traicionado
> La mala relación entre María José Campanario y Carmen Bazán era un secreto a voces. Cada vez había más testimonios que aseguraban que la mujer del torero no quería a nadie de la familia Janeiro rondando por Ambiciones, la finca de Jesulín. Pero, en 2008, fue Carmen Bazán quien habló alto y claro sobre el daño que le estaba haciendo Campanario. “Una nuera no es mi sangre, pero un hijo es un hijo, y a mí me duele mi hijo, porque Jesús nunca, nunca ha sido así”, declaró. Al parecer, María José la echó de su casa porque decía que Carmen les había traicionado. “Me han echado de Ambiciones, como también echaron a mi otro hijo”, aseguró.
Carmen Bazán vivía en una casa dentro de la famosa finca de Jesulín de Ubrique. Pero, después de una entrevista que no le sentó bien a María José, decidieron echarla para que aprendiera a no hablar de ciertas intimidades. La madre del torero denunció públicamente que Campanario había terminado con su familia, pues no quería tener relación con ningún Janeiro. Después de que esta noticia saltara a la luz, María José desmintió a su suegra, y aseguró que “las puertas de mi casa están abiertas para todo el mundo”. Sin embargo, Carmen ya tenía planes mejores, y no estaba dispuesta a revivir el infierno por el que le hizo pasar Campanario.
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