Que Isabel Pantoja siempre ha llevado una vida discreta, es un hecho, pero a veces la prensa le juega una mala pasada a la cantante, sobre todo cuando se destapan tramas y comportamientos sorprendentes como el Caso Malaya o ahora, la mala relación que ésta tiene con su hijo. Algo que siempre pensamos imposible, pero que ahora es el pan de cada día de la tonadillera, de esa que se desvivía cantando encima de los escenarios ‘Mi pequeño en el alma’.
La reina de la copla que en estos últimos años ha presumido de estar encerrada a cal y canto en su Cantora, parece que no va a salir de allí hasta que no sea el momento oportuno, la pregunta ahora es ¿Cuándo será? Lejos de adivinar cuando le vendrá bien a Isabel abrir el cerrojo de la finca que un día fue de Paquirri… sabemos que el mundo sigue en esas tierras a pesar de la negativa de la cantante de hacer su primera aparición pública.
Hemos estado en la puerta de la casa de Isabel Pantoja y hemos visto como los trabajadores del campo siguen su curso, entrando y saliendo las veces que quieren a las tierras, como los fans de ella siguen yendo a su puerta para fotografiarse con el letrero ‘Cantora’, como las vacas pastan… Todo sigue su curso, menos la vida de Isabel Pantoja.
Siempre que una desgracia ha atropellado la vida de Isabel Pantoja, ésta ha desaparecido del mapa… la muerte de Paquirri, Caso Malaya… La madre de Kiko Rivera ha preferido estar sola con su silencio antes de mostrarse rota, dolida o feliz por las buenas noticias y ahora, que su hijo le ha pegado una patada en el culo y que le ha hundido su imagen pública, parece que la cantante no quiere salir de su hogar.
Pero ya ven, la vida sigue su curso y allí, en Cantora, también. Todos entran y salen, aunque el trabajador al que hemos visto saliendo de la finca nos ha confesado que ni si quiera ve a Isabel Pantoja echando la comida a sus gatos… parece ser que por no salir, no sale ni al patio de su casa.