Es una de las concursantes más queridas que se recuerdan de la historia de este famoso reality show que en España se emitía en Telecinco. Su dulce mirada, su amor por los animales y su voz aniñada le valieron para ganarse el cariño de los espectadores, que la convirtieron a través de sus votos por SMS o llamada telefónica en la ganadora de la segunda edición de Gran Hermano. Sin embargo, las últimas polémicas en las que Sabrina Mahi se ha visto envuelta han provocado que buena parte de la opinión pública se le eche encima para reprochar su reprobable actitud ante uno de los asuntos más espinosos del momento: la pandemia de coronavirus que ya se ha llevado millones de vidas alrededor de todo el mundo. ¿Cómo ha pasado de ser una chica inocente a convertirse en la más odiada del concurso? Sigue leyendo, te contamos todos los detalles a continuación.
1La historia de amor que cautivó al público
> Era 18 de marzo de 2001 cuando los televidentes conocieron por vez primera a Sabrina Mahi, una guapa malagueña de solo 23 años que se embarcó con ilusión en la aventura de Gran Hermano, un reality show que por aquel entonces todavía era muy desconocido y novedoso. Su larga melena rubia de pelo rizado, junto con su rostro angelical de ojos azules le otorgaban una belleza natural que encandiló al público y a Ángel Tous, un guapo y atractivo alicantino (hermano de Alejandro Tous, protagonista de Yo soy Bea) con el que terminó emparejándose dentro de la casa de Guadalix de la Sierra. Al principio, él se mostraba distante, pero finalmente no pudo resistirse a los encantos de la tímida andaluza.
La ternura que su relación despertaba en los espectadores y el carácter afable de Sabrina la catapultaron a la final de la segunda edición de Gran Hermano, y finalmente logró alzarse ganadora del jugoso maletín que por aquel entonces guardaba 20 millones de pesetas, unos 120.000 euros actuales. Concluido el reality show, su relación se mantuvo allende Guadalix de la casa y ella y Ángel Tous se convirtieron en la primera pareja salida de este programa de televisión en pasar por el altar.
Se casaron en Alicante, mediante una preciosa ceremonia en el Monasterio de la Santa Faz, hasta donde se desplazaron algunos compañeros de Gran Hermano, tales como Ismael Beiro, el ganador de la primera edición, o un jovencísimo Kiko Hernández, que por aquel entonces todavía no había comenzado su carrera como tertuliano de televisión. Por desgracia, aquel amor tenía fecha de caducidad y su historia terminó como lo hacen otras tantas: con los papeles del divorcio.
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