Después de una temporada alejada de la polémica y disfrutando de una tranquilidad mediática a la que no está acostumbrada, los problemas se le acumulan a Belén Esteban. A su guerra con María José Campanario se le une la querella que ha interpuesto Rocío Carrasco contra ella y contra Olga Moreno por presunto delito de revelación de secretos.
Su declaración judicial estaba prevista para el pasado 11 de enero, pero el paso del temporal «Filomena» hizo que su paseíllo hasta los juzgados de Plaza de Castilla se retrasase un mes. Hoy, día previsto, se ha suspendido su comparecencia y, como informamos anteriormente, será mañana cuando Belén declare por la querella de Rocío Carrasco.
Este contratiempo se une al comunicado que ha enviado «la princesa del pueblo» a través de sus abogados para asegurar que no va a hablar más de su enfrentamiento con María José Campanario y se reserva el derecho de emprender acciones legales contra la mujer de Jesulín para proteger su honor y el de su familia.
Pese a todo, Belén continúa con su rutina y, acompañada por su marido, Miguel, ha acudido a una conocida cadena de supermercados y, al ver a la prensa se ha enfadado, recordándonos el explosivo carácter del que hace tiempo que no hacía gala.
Visiblemente molesta, y negando que fuese a declarar a los juzgados, la de San Blas nos ha reprochado si íbamos a seguirla en sus quehaceres diarios: «Me voy a hacer las uñas ahora. Luego trabajo, pero me vais a acompañar al Mercadona, al Hiper Usera, a hacerme las uñas… ¿Me vais a acompañar a todo eso? Gracias! ¡Qué pesadilla colega!»