No hay nada mejor que un bizcocho casero y jugoso que se pueda degustar recién horneado en casa. Esta es una delicia de la que pueden disfrutar las personas más golosas y con cierto talento para la repostería artesanal. Eso sí, en diversas ocasiones se da un impedimento importante: que el resultado quede demasiado seco y tosco. Si no tienes pillado el punto a la hora de conseguir que tu bizcocho quede realmente esponjoso a continuación te facilitamos unos cuántos trucos para solucionarlo ¡darás con la clave para conquistar todos los paladares!
5El molde
El molde debe tener un tamaño adecuado según la receta que se vaya a elaborar para que el bizcocho quede bien y resulte esponjoso. Si es demasiado pequeño el bizcocho subirá mucho y se hundirá o no se hará bien por dentro, y si es muy grande es probable que os quede plano y seco.
Las opciones más aconsejables son los moldes desmontables y antiadherentes. En cualquier caso resultará crucial engrasar siempre el molde espolvoreándolo con un poco de harina después, también sacudirla después para que no queden pegotes.