Iñaki Urdangarín pudo meterse el otro día en la piel como el mismísimo Brad Pitt. Cuando salía realizar su trabajo el centro de Don Orione, se encontró con una agradable sorpresa. Y es que, varios fans le abordaron a la salida para sacarse fotografías y firmar autógrafo como si fuese una estrella de Hollywood.
Una experiencia que el marido de la Infanta Cristina no vivía desde que abandonó el balonmano – no olvidemos que ha sido una de las principales figuras de dicho deporte en nuestro país – pero que, acostumbrado a las mieles de la fama, disfrutó enormemente.
Esta mañana, horas después de recordar el cariño de la gente, y que parece haber recobrado tras obtener el tercer grado penitenciario, Urdangarín ha vuelto a su puesto de trabajo, donde en esta ocasión no le esperaba ningún fan cámara y cuaderno en mano para sacarse una fotografía con él y llevarse un autógrafo de recuerdo.
En su discreta línea de siempre, el exduque de Palma ha evitado confesar que le pareció la sorpresa que recibió por parte de los fans y admiradores a la salida de su lugar de trabajo. Lo que sí no pudo ocultar, es la sonrisa tonta que se le pone cuando le preguntan sobre el tema. Después de un tiempo de oscuridad parece que empieza a ver un poco la luz al final del túnel, algo por lo que estará muy feliz.
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