Siempre es buen momento para degustar un bizcocho: con el desayuno, de postre, en la merienda… Es uno de los dulces más versátiles y se consume tanto en su versión comercial como elaborado artesanalmente en casa. Habitualmente el biscocho es robusto y da para muchas raciones así que a la hora de consumirlo tendrás dos opciones claras, o comerlo en un visto y no visto o congelarlo. Si no sabes cómo almacenarlo de esta forma hoy queremos enseñarte a hacerlo ¡tendrás siempre un bizcocho a buen recaudo!
6Dulces que no se pueden congelar
Por desgracia, existen otros postres que no se pueden congelar y tendrás que consumir frescos o buscar otro método más apropiado de almacenamiento. Estos son, por ejemplo, los dulces y pasteles que lleven gelatina. La gelatina pierde completamente su textura en el proceso de congelación y estos platos se arruinan con esta técnica.
Los merengues tampoco se deben congelar ya que la textura del merengue tras la congelación es pegajosa y pierde sus propiedades. La crema pastelera se degrada y pierde su textura tras la descongelación, volviéndose más líquida. Por último, la nata líquida de cocina para montar se puede congelar pero una vez descongelada ya no se puede montar.