Llevaba semanas sin ocupar ni un solo titular, pero todo le ha venido de golpe a Belén Esteban. La colaboradora con más tirón de la televisión se h visto envuelta en una tremenda batalla judicial por culpa de Rocío Carrasco. La hija de la más grande olvida pero no perdona, y ha viajado al pasado para recuperar unas declaraciones de la de Paracuellos que hoy en día, le harán la vida imposible. Para más Inri, a la Esteban se le ha abierto un nuevo frente llamado Toño Sanchís. El que fuera su representante, ha vuelto a la carga y ha destrozado a la tertuliana como nunca antes. Lo datos que te damos a continuación te dejarán patidifuso. ¡no te lo pierdas!
1Belén Esteban, en la picota
> Resulta hasta extraño que Belén Esteban ocupe las portadas de los medios de comunicación hoy en día. Esta afirmación hace años hubiera provocado risa entre los profesionales de la televisión, pues de sobra es sabido que la de Paracuellos era, por aquel entonces, la reina de los titulares. Su ruptura con Jesulín de Ubrique y posteriores líos amorosos le mantuvieron en la cresta de la ola. Pero el tiempo pasa y Belén ha llegado incluso a ver peligrar su puesto de trabajo en Sálvame.
Esta idea, afortunadamente, parece haberse esfumado, al menos de momento, pues la princesa del pueblo está siendo el objeto de todos los portales digitales en las últimas horas. ¿Por qué? La respuesta es Rocío Carrasco. De sobra es sabido que la hija de la más grande tiene un cierto aprecio a la Justicia de España, así lo demuestran las 18 demandas que ha interpuesto a su expareja, Antonio David, en menos de 20 años.
Un gusto que no parece haber cambiado con el comienzo de año nuevo. Rocío Carrasco está harta de que hablen de ella, y la mejor manera de hacerlo saber es demandando. La perjudicada en este caso ha sido Belén Esteban. La de Paracuellos se ha visto envuelta en un tremendo lío del que, de momento, no tiene como salir. Pero, ¿Qué ha hecho para que la mayor enemiga de Antonio David le lleve a los tribunales? Te lo contamos todo en la siguiente página.
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