Operación Triunfo nació hace veinte años en Televisión Española. Se presentó como la oportunidad perfecta para lanzar a la fama a nuevos artistas, y muchos jóvenes soñaron con formar parte del equipo. La primera edición, emitida en 2001, fue una auténtica bomba mediática. Casi todos los cantantes que participaron han conseguido labrarse un gran futuro en el mercado musical. Más de una década después, TVE decidió repetir la fórmula, y emitir en su parrilla una nueva edición de OT. El programa tuvo una repercusión envidiable y, todos los que participaron, han conseguido ganarse la vida con su voz. Sin embargo, detrás de este programa tan exitoso se esconde una terrible tragedia. Muchos de los cantantes que participan acaban necesitando ayuda psicológica. La última en confesar estos problemas ha sido Nerea Rodríguez, pero, el drama viene de lejos. ¿Sabían que Rosa López y David Bustamante también estuvieron hundidos tras su salida del concurso?
2Operación Triunfo explota la fama de sus concursantes
> Nerea Rodríguez ha tenido muchos problemas para gestionar su relación con los medios de comunicación. Pasó de ser una cantante anónima a convertirse en una estrella televisiva y, muchas veces, no supo cómo controlar las emociones, especialmente cuando terminó OT 2017. “Después de vivir tres meses incomunicada, sales con tu maleta y tienes que ir a firmas de discos con millones de personas. Es un shock”, ha confesado en Lecturas. Sin embargo, la artista no ha dudado en sacar rendimiento de esta situación. Aprovechando su gran exposición, ha querido dar visibilidad a un drama que sufren muchos niños: el caso escolar.
Nerea se ha convertido en un ejemplo de la lucha contra el bullying. “Con los años he llegado a llevarme bien con las personas que me acosaban”, comenta al respecto. Una de sus compañeras ha seguido sus mismos pasos para dar publicidad a otro problema social: la marginación. Samantha Gilabert participó en OT 2021, y, recientemente, ha concedido una entrevista Diez minutos en la que confiesa el drama que vivió después del concurso. “Mi nuevo equipo me empezó a bombardear, y tuve mucho miedo porque la gente me paraba por la calle”, comenta. No obstante, ha aprovechado su fama para sensibilizar a la sociedad, e invitarles a que respeten más a las personas con problemas auditivos. Ella misma padece las consecuencias de este rechazo, y no está dispuesta a que nadie más sufra por lo mismo.
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